!Hola!, ¿En qué podemos ayudarle?
Inter Electricas list En: Noticias 2022 - Septiembre En: comment Comentario: 0 favorite Vistas: 214

INTERNACIONAL - Renacimiento de la energía nuclear.

Durante los pasados 35 años, a partir del accidente nuclear de Chernóbil (1986), los países occidentales cometieron el gravísimo error de asumir la propaganda ecologista de Greenpeace, renunciando progresivamente a hacer un mayor uso de la energía nuclear, lo que habría generado un mayor crecimiento y bienestar económico. También habría supuesto una fuente estable de electricidad que en la actualidad hubiera amortiguado mucho las tensiones energéticas derivadas de la invasión rusa de Ucrania o de cualquier otra gran crisis internacional que pudiera haber surgido.

Hoy, los precios energéticos no serían los que estamos conociendo, por las nubes. ¡Gracias, camaradas-millonarios de Greenpeace!

¿A cuántos cientos de miles de millones de euros ascenderán los daños ocasionados por Greenpeace -con la colaboración de la Comisión Europea– a las economías de la Europa democrática, a lo largo de estos 35 años? Sólo respecto a España, un cálculo -parcial- asciende a 5.700 millones de euros, como veremos más adelante.

Esta valiosa fuente energética, entonces demonizada pero que en la actualidad está siendo “rehabilitada” a todo correr, habría proporcionado a nuestros países, durante décadas, una electricidad estable (sin interrupciones de suministro), mucho más barata que las renovables (si realmente se suman todos los costes implicados), una energía que es básicamente de origen nacional y, además … que apenas genera gases de efecto invernadero, para quienes les preocupe eso.

Apenas se empezaron nuevos proyectos en los países occidentales tras el accidente de Chernóbil, durante el resto del pasado siglo y comienzos del actual Tras Chernóbil (1986) se fueron completando la mayoría de las centrales que ya estaban en construcción en países occidentales (lo que solía requerir unos 10 años, como se aprecia en el gráfico), pero ya apenas se acometieron nuevas centrales y desde 2002 casi no ha aumentado la capacidad de generación nuclear mundial, quedando prácticamente estancada a lo largo del presente siglo (en torno a 2.500 TWh), en lugar de haber seguido creciendo.

Recordemos que la vida útil inicial de una central nuclear suele ser de 40 años que, normalmente, puede prorrogarse tras verificar el buen estado de la central en cuestión.

Por otro lado, recordemos que las centrales antiguas (de los años 1970, 80 y 90, que tuvieran cuatro rectores de media, como sucede en EE.UU.) disponen de capacidad para cubrir las necesidades de electricidad de unos 700.000 hogares, cada una.

Ahora bien, la gran central cuya construcción está a punto de comenzar en Suffolk (al este de Inglaterra), la Sizewell C (de 3.200 MWe), con una nueva tecnología de la compañía francesa EDF Energy, podrá dar servicio a 6 millones de hogares, esto es, al equivalente de la tercera parte de todos los hogares de España (que son 19 millones).

Recordemos que una central nuclear puede estar constituida por entre uno y cinco reactores (o unidades), que son las enormes ollas a presión (o vasijas) en las que se genera el calor, que produce vapor y que acaba moviendo un generador de electricidad.

La hazaña ecologista del PSOE en España en 1984: la “moratoria nuclear” El gobierno del Partido Socialista (PSOE) dejó a medio construir las siguientes 3 centrales: Lemóniz (Vizcaya) -que estaba a punto de conectarse a la red eléctrica-, Valdecaballeros (Badajoz) y Trillo II (Guadalajara).

Esto lo hizo en 1984, ¡dos años ANTES del accidente de Chernóbil!, por puro activismo antinuclear progre … como un señorito, sin mirar la factura.

Aquellas 3 centrales, comprendían cinco reactores o unidades.

Esta primera gran “broma ecologista” costó a España nada menos que 5.717 millones de euros: 4.383 millones de € para compensar -lógicamente- a las empresas promotoras de aquellos proyectos, que ya habían llevado a cabo parte de la inversión, y 1.334 millones € por los costes de la financiación bancaria (intereses y comisiones) de aquellas compensaciones, ya que el gobierno no podía pagarlo e ideó una vía indirecta, que veremos más adelante.

Todo este dineral se gastó para DEJAR a medio construir -y por tanto hacer INUTILIZABLES- 3 centrales que hubieran colocado a España en una situación muy deseable, de gran autonomía energética nacional, seguridad del suministro eléctrico (sin interrupciones, 24h. al día) y bajos precios de la electricidad … durante un mínimo de 40 años, prorrogables.

Es España siguen funcionando actualmente 5 centrales nucleares (con siete reactores, en total), que habían entrado en funcionamiento antes de la moratoria.: Almaraz, Ascó, Cofrentes, Valdellós y Trillo I.

La anterior cifra de coste (5.717 mill. €) no incluye las pérdidas derivadas de la electricidad más barata que las familias y empresas hubieran conseguido con aquellas centrales.

Fueron directamente las familias y las empresas las que soportaron el despilfarro de esta medida-estrella del PSOE ¿Quién sufrió todo aquel desaguisado? El sabio gobierno socialista “disparó con pólvora del Rey”, en este caso, con “pólvora” de los usuarios de la electricidad (hogares y empresas), quienes durante 20 años, hasta 2015, aportaron los fondos -sin apenas percatarse de ello- en sus facturas mensuales de la luz. ¿Es cara la electricidad en España …?

No pasen por alto el siguiente “detalle”: en aquellos años, el progresismo descerebrado acusó ácidamente ¡a las propias compañías eléctricas!, por haber reclamado una compensación por no haber podido concluir y rentabilizar su inversión, proyectos que habían sido previamente aprobados por el Estado, antes de 1984.

Además, con esta decisión política el PSOE impulsó otra de sus grandes aportaciones al progreso de España: la manipulación fraudulenta del lenguaje: a un brusco y radical parón nuclear -¡antes de que hubiera habido ningún accidente!- lo bautizaron como una modosa “moratoria nuclear” … que, únicamente, ha durado de 1984 hasta el día de hoy, 38 años.

Además de apenas promover nuevos proyectos, los países occidentales fueron cerrando anticipadamente muchas decenas de las centrales nucleares operativas Alemania ha cerrado ya -anticipadamente- casi todas sus centrales, 30 (y sólo le quedan tres); EE.UU., 41 (Varias por superar su vida útil máxima); Reino Unido, 36 (Durante los pasados 27 años, ninguna de las centrales que envejecieron fueron reemplazadas por nuevas); Japón, 23 (Tras el accidente de Fukushima) … Solamente contando estos cuatro países, han cerrado 100 centrales, a día de hoy. Durante todo aquel periodo (1987 a 2021) los estados occidentales obstaculizaron, en lugar de respaldar y facilitar, la construcción de nuevas centrales nucleares.

No hay que perder de vista que normalmente transcurrían entre 12 y 15 años entre las fases iniciales de un proyecto de nueva central y su finalización y conexión a la red eléctrica, y esto cuando no surgieran serios problemas técnicos, judiciales (demandas de paralización, por parte de ecologistas) u otras serias dificultades.

Con las nuevas generaciones de centrales, el proceso normal de ejecución de un gran proyecto se ha hecho más corto: entre 8 y 12 años. Por su parte, los novedosos pequeños reactores modulares (SMR) -de los que todavía no hay ninguno instalado con fines comerciales-, van a tener un plazo de ejecución mucho menor, de 4 o 5 años.

Las centrales nucleares, como otras grandes infraestructuras (puentes, túneles, grandes aeropuertos, etc.) suponen soluciones a largo plazo, que apenas pueden ser reemplazadas por pequeñas actuaciones, en el corto plazo.

Ante la actual insuficiencia de suministro eléctrico viable, los gobiernos están teniendo que recurrir a las nucleares, de las que nunca debieron haberse alejado A pesar del largo proceso para la puesta en funcionamiento de una nueva central (de 10 a 12 años), hay una manera para extraer –a corto plazo– un mayor rendimiento a muchas de las existentes: prolongar su vida útil, cuando técnicamente sean viables y seguras.

Ya mencioné que, en la mayoría de los casos, las centrales que se inauguraron en las anteriores décadas (en los 80s y 90s) tienen una vida de diseño (inicial) de unos 40 años, periodo en el que -por otro lado- el proyecto resulta económicamente rentable para sus promotores, privados o públicos.

Pero, según se ha comprobado en multitud de casos, tras ser examinadas detenidamente las centrales por las autoridades de seguridad nuclear (como, en España, el Consejo de Seguridad Nuclear – CSN), el funcionamiento de las centrales puede extenderse -en la mayoría de los casos- a 50, 60 y hasta 80 años.

Durante la década de los años 2010, el muy exigente regulador de EE.UU. (la Nuclear Regulatory Commission – NRC) ya fue concediendo una extensión de 20 años a las ¾ partes de las centrales que estaban operativas, que entonces eran unas 100.

Además, en mayo de 2021, la NRC autorizó -por primera vez- que los dos reactores de la central de Surry (en Virginia) -que habían sido construidos en los años 70- continúen operativos hasta sus 80 años de antigüedad, lo que ocurrirá en los años de 2050.

Por su parte, y cambiando de continente, en marzo de 2022 el regulador de Bélgica ha accedido a prolongar por 10 años adicionales la vida útil de dos de sus centrales nucleares, que iban a cerrarse en 2025.

Los organismos internacionales están teniendo que abandonar su tradicional postura de “¿Nucleares? No, gracias” Desde hace décadas, la Comisión Europea fue obstruyendo muchas ayudas nacionales en favor de la construcción de nuevas centrales nucleares y, en particular, estranguló las fuentes para su financiación. Pero, desde que la crisis energética internacional del verano de 2021 puso en evidencia la insuficiente oferta de productos energéticos, se vio obligada a reconsiderar su postura, de alineamiento con el ecologismo radical.

Finalmente, en febrero de 2022, la Comisión Europea proclamó que la energía nuclear puede ser “considerada verde” y, por tanto, ser susceptible de recibir financiación … ¿No les suena esto a una decisión del Comité de Planificación Económica Central de la Unión Soviética? En cualquier caso, La burocracia de Bruselas se vio forzada a enmendarse a sí misma, aunque haya muchas personas que no quieren admitir la verdadera trascendencia de este giro.

La Agencia Internacional de la Energía (IEA, de su nombre en inglés), como la totalidad de los organismos internacionales, durante el s. XXI viene asumiendo plenamente el programa energético del ecologismo y su mesianismo sobre las renovables. Pero, desde la intensa escalada de los precios internacionales de la energía (gas natural, petróleo …) en 2021, ha comenzado a efectuar pronunciamientos como el siguiente:

“La energía nuclear puede jugar un papel destacado para asegurar las transiciones energéticas” (junio 2022).

Japón está a punto de decidir la reapertura de muchas de sus paralizadas centrales y de adoptar un protagonismo internacional en este sector Ya que Japón es la 3ª mayor economía del mundo, es un país occidental desarrollado y que, además, ha sufrido uno de los dos únicos accidentes nucleares de importancia que han habido en el mundo, en 64 años (junto con el de Chernóbil), su nueva postura de recuperar y ampliar el sector nuclear, tiene una muy especial significación.

Como es sabido, Japón prácticamente carece de recursos energéticos propios, debiendo importar casi toda la materia prima (gas natural, carbón …) que necesita para generar su electricidad. Además, hoy en día, tan sólo obtiene el 10% de su electricidad de la energía solar y eólica. Por otro lado, por su lejana insularidad y razones diplomáticas, Japón no ha conectado su red eléctrica con ningún país vecino (del continente); se tiene que valer por sí solo.

Por aquel motivo, Japón tradicionalmente puso en pie un amplio parque de centrales nucleares que, en el momento del accidente en Kukushima, 2011, aportaba el 30% de su generación eléctrica. Parque de centrales que fue totalmente paralizado tras el accidente, para su revisión.

Desde entonces, con nuevas medidas de seguridad en vigor, se han reactivado 10 de los antiguos reactores. Otros 15 reactores se encuentran todavía parados, en un lento proceso de reevaluación por el regulador, mientras que otros dos reactores a medio construir -en 2011- han solicitado hace poco permiso para ser completados.

Acertado giro de política de Japón A finales de este mes de agosto, el nuevo primer ministro, Fumio Kishida (del partido conservador, Liberal Democrático) ha anunciado que ante las dificultades energéticas previstas para este próximo invierno, va a acelerarse la reevaluación de seguridad (que estaba medio parada) para que 9 reactores (o unidades) puedan volverse a conectar a la red, antes del final de este año. Su propósito es que otros 7 reactores puedan estar operativos para el verano de 2023.

El primer ministro también hizo pública su preferencia de que se extienda la vida útil de varias de las centrales de su país, descontando los años que hayan estado paradas, desde 2011.

Por su parte, el poderoso Ministro de Economía, Comercio e Industria (METI) también ha revelado que se está estudiando la promoción de nuevos grandes centrales nucleares, de última generación, y de los nuevos pequeños reactores modulares (SMR).

También Corea del Sur está recuperando su programa de energía nuclear Corea del Sur, desde hace décadas, ha confiado asimismo buena parte de su suministro eléctrico a las centrales nucleares (que comprenden 25 reactores, hoy en día), aportando una tercera parte del total.

El anterior presidente progresista se proponía seguir el desastroso camino de Angela Merkel, abandonando toda su energía nuclear. Tras las elecciones de mayo de 2022, el nuevo presidente conservador, Yoon Suk-yeol, está recuperando la cordura y, en seguida, ha proclamado su voluntad de mantener y expandir su parque nuclear y retomar la exportación de centrales y el reforzamiento de todo este sector.

Comentarios

Sin comentarios en este momento!

Crea una opinion

Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre