INTERNACIONAL - Los Veintisiete acuerdan medidas de urgencia y límites al consumo eléctrico de hasta el 10%

Los países acuerdan imponer una tasa “solidaria” a las energías fósiles, pero siguen atascados en la discusión sobre un posible tope a las tarifas del gas

Los ministros de Energía de los Veintisiete han aprobado este viernes sin contratiempos las medidas más urgentes propuestas por la Comisión Europea para mitigar la escalada de los precios de la energía. Se trata de una reducción voluntaria del 10% del consumo general de electricidad y una obligatoria del 5% en las horas punta, así como la decisión de gravar los beneficios extraordinarios de las energías inframarginales (como las renovables o la nuclear) e imponer una tasa solidaria temporal a las fósiles. Como estaba previsto, el acuerdo político —que permitirá una implementación rápida de las medidas— fue alcanzado rápidamente en la primera sesión de la reunión extraordinaria de ministros del ramo celebrada en Bruselas.

Los responsables de Energía dieron su visto bueno, sin realizar nuevos cambios, a las propuestas de la Comisión, lo que permitirá acelerar los pasos para su implementación definitiva, que se producirá una vez sean publicadas en el boletín oficial de la UE. El texto final incluye un nuevo artículo que pretende cerrar la puerta a las energéticas para que eludan mediante créditos fiscales el pago de la tasa temporal sobre los beneficios extraordinarios que les reportan los altos precios de las materias primas, tal y como ha adelantado EL PAÍS. Esto es de gran importancia para España, uno de los pocos países de la UE que tiene este tipo de instrumento que permite, sobre todo a las empresas, reducir su factura fiscal.

Las energéticas acumulan en España más de 14.600 millones en créditos fiscales, una medida tributaria que permite a las empresas deducirse pérdidas contables que no pudieron deducirse cuando se produjeron. Cuando el Gobierno diseñó el nuevo impuesto temporal para las energéticas y la banca que todavía está en el trámite parlamentario, gravó los ingresos y no los beneficios para dificultar la elusión de la nueva tasa, por la que espera recaudar unos 7.000 millones. Pero la propuesta para la intervención de emergencia que puso sobre la mesa la Comisión Europea a mitad de septiembre prevé gravar a las ganancias y no los ingresos. El Ejecutivo se apresuró a señalar que cuando este plan fuera definitivo y estuviera aprobado por el Consejo de la UE adaptaría el diseño de su tributo a la regulación comunitaria. Este nuevo artículo da cobertura a Hacienda para una nueva redacción legal para el nuevo impuesto que grave los beneficios sin eludir su pago por los créditos fiscales.

La velocidad a la que se ha dado el visto bueno al paquete de medidas urgentes amenazaba con ralentizarse en la continuación de las sesiones, en las que se discutirá la posibilidad de imponer un límite más general al precio del gas natural.

Buena parte de los Estados miembros han chocado con la Comisión, a la que acusan de hacer propuestas —limitar por ahora solo el precio de la importación de gas ruso— demasiado tímidas. España forma parte de 15 países que han demandado al Ejecutivo europeo ir más allá y proponer alguna forma de limitar los precios de todo el gas natural importado por los Veintisiete, no solo el ruso. Bruselas ha respondido alertando de los riesgos que una medida así implicaría en materia de seguridad del suministro y subrayando que hay que tratar de manera diferente a países como Rusia, al que quiere imponer ya un límite de precio, que a proovedores “fiables” como son Noruega o Argelia.

“Decepción” de Ribera A su llegada a la reunión, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, manifestó este viernes su “decepción” con unas propuestas de la Comisión respecto al gas que, afirmó, “se quedan cortas respecto a lo que Europa necesita”. Una idea que también recalcó a su llegada la ministra francesa de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, que dijo que la Comisión “debe ir más lejos” con sus proposiciones y presentarlas “rápidamente”.

Nadie espera una decisión en firme de la que se había venido anunciando como la sesión más turbulenta, por la “molestia” expresada por varios países, especialmente los 15 firmantes de la carta a la comisaria de Energía, Kadri Simson, quien este viernes se reafirmó en su postura, aunque aseguró estar dispuesta a “escuchar con cuidado qué tipo de medidas espera la mayoría de los países”.

“Diferentes Estados esperan soluciones diferentes y la Comisión tiene que presentar una idea que cuente con un apoyo amplio”, se defendió la comisaria. La demanda de España, Francia y los demás 13 países se ha topado con una fuerte reticencia de socios como Alemania, que han manifestado su temor a que un tope generalizado al precio del gas provoque un problema de suministro.

Ribera reconoció que es un tema “sensible” en el que, dijo, la Comisión “no acaba de encontrar cuál es el espacio” en el que todos los Estados miembros puedan “responder positivamente”. Aun así, se manifestó confiada en que se saldrá de la cita bruselense con una “orientación muy clara” sobre qué debe proponer la Comisión al respecto.

España quiere que se discuta la cuestión del índice de referencia —el holandés TTF— que se está utilizando para las compras de gas y que, sostiene, “ya no está respondiendo a las operaciones y el coste que está detrás de la compra de gas”, pero que “está generando enormes distorsiones en nuestros precios en Europa”.

La reunión de los ministros, que durará hasta primera hora de la tarde, según las previsiones de la presidencia checa de la UE, concluirá con una tercera sesión en la que se analizarán las recientes fugas registradas en los gasoductos NordStream 1 y 2 y que han puesto a los Veintisiete en alerta máxima ante la posibilidad que suponga una nueva escalada en la guerra de Rusia contra Ucrania.